Por lo general, hay cuatro elementos en los que nos fijamos cuando queremos escoger un lienzo para pintar:
- Qué color tiene la tela
- Qué grosor tiene
El material concreto del bastidor. Nos aseguramos que sea una madera de calidad y perdurable. Por ejemplo, madera de pino. Qué cuñas usa para tensarlo. Preferimos cuñas en pico a cuñas en ángulo, por ejemplo. Son más importantes de lo que imaginas. Las cuñas que terminan en ángulo son más difíciles de utilizar. Sirven para estirar o tensar un lienzo. Muchas veces, los cambios de temperatura o la propia humedad pueden afectar a la estructura del bastidor. Por lo que una buena cuña siempre es imprescindible. Si hemos comprado un lienzo que viene sin cuñas, se las solemos poner antes de ponernos nosotros a pintar sobre él. Depende de qué vayas a pintar. Lo que está claro es que hay mejores lienzos y peores lienzos. Los lienzos de lino son más caros, pero, a su vez, son mucho mejores y más resistentes. Además, son menos absorbentes. Y ojo con comprar lienzos en las tiendas baratas como los chinos. Con una prueba sencilla verás su pésima calidad. Ponlos a trasluz y pon la mano. Verás que la tela del lienzo es muy fina y trasparenta. Mala señal. Por lo general, el tipo de lienzo no alterará el tiempo de secado típico de cada pintura que utilices sobre él. Tanto el lino como el algodón ofrecen prestaciones similares en ese sentido.