- No mezcles pinturas de distintas calidades.
- No mezcles pinturas plásticas con sintéticas.
El blanco y el negro no siempre se deben utilizar para aclarar u oscurecer el color que deseamos. Se debe modificar la parte apropiada de la mezcla. Por ejemplo, si tenemos naranja, pero queremos naranja claro, añadimos 2 partes más de amarillo. Si queremos naranja oscuro, añadimos 2 o 3 partes más de rojo hasta obtener el tono deseado. Utilizar el blanco o negro, solo "ensuciará" el color, pero no lograremos el resultado que buscamos. Apunta las proporciones utilizadas para poder reproducir posteriormente el color. Empieza con cantidades pequeñas. Es mejor tener que añadir más cantidad que desperdiciar pintura. Limpia bien paleta y pincel. Por pequeño que sea el resto que tengamos en ellos, hará que no obtengamos el color deseado. No solo el óleo, pero no solo el óleo se presta a este tipo de combinación de colores. La acuarela es también un material ideal para ello, si bien hay que llevar especial cuidado porque se trata de una pintura más líquida (ya que es necesario mezclar con agua para su uso) y las mezclas resultan más complejas. Lo ideal es dejar la acuarela para un segundo paso, una vez que ya se ha dominado la teoría del uso del color con el óleo. Con estos simples consejos se puede llegar a obtener una maestría total a la hora de mezclar los distintos colores primarios para obtener otros y abrir así el universo de posibilidades a la hora de pintar un cuadro.