- Frota el rodillo con un trapo húmedo antes de usarlo, así retendrá mejor la pintura
- Si vas a emplear distintos colores empieza por el más claro y antes de cambiar el tono quítale completamente el exceso.
- Coloca la pintura en una charola para rodillo, sumerge el rodillo en la pintura y quita el exceso frotándolo en el extremo con bordes de la charola.
- Al sumergirlo en pintura, gira el rodillo para no manchar y escurre un poco la pintura.
- Comienza a pintar de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda, distribuyendo uniformemente la pintura y desvaneciendo los excesos del borde del rodillo
- Pinta de húmedo a seco, es decir, empieza de un extremo y terminar en el otro.
Encontrar el rodillo ideal es un paso más en la renovación de tus espacios, el factor fundamental es la calidad de la pintura vinílica, pues si es de mala calidad, tus trabajos no solo serán más complicados, sino que el color en tus paredes no durará mucho tiempo, o los acabados no serán los esperados. Por ello, asegúrate que tanto herramientas como producto sean de una excelente calidad.